Desde sus tiempos más remotos,
Rotary ha perdido rutinariamente socios de los clubes que no quisieron
seguir los estándares y principios morales que sirven a nuestra organización
como guías de comportamiento en los negocios.
Sin embargo, la salida de tales socios no debiera ser nunca considerada
como una pérdida para Rotary, pues nuestra efectividad depende en
gran parte de sostener y acrecentar nuestra reputación de integridad.
Si sacrificamos nuestros estándares por tener más socios que pagan
cuotas, arriesgamos una perdida aun mayor en efectividad y credibilidad.
Hoy, más que nunca, no hay lugar para la mediocridad en Rotary.
Cuando hay conflictos que arden en todo el mundo, necesitamos rotarios
que tengan el entendimiento internacional requerido para promover la paz y
buena voluntad. Cuando hay cientos de
miles de gente desposeída de sus hogares por desastres naturales en todas partes del mundo, necesitamos a Rotarios con compasión y conocimientos para asistir en los esfuerzos
de reconstrucción. Y con comunidades
asediadas por muchos problemas sociales, necesitamos rotarios de carácter bueno
que no sólo enfrenten estos problemas, sino que también actúen como modelos
ejemplares y consejeros para los jóvenes.
La mediocridad no puede enfrentar estos retos o los muchos otros
problemas de los que está plagado nuestro mundo.
Algunos clubes simplemente admiten a alguien y esperan que de alguna manera se convertirán en Rotarios
comprometidos. En clubes activos con
liderazgo vigoroso puede que suceda esta transformación. Tales clubes generalmente son capaces de
atraer nuevos socios calificados. Los
clubes que han permitido reinar a la mediocridad son los que están dispuestos a bajar el nivel de
calidad de los socios, y disminuyen con
esto aún más la esperanza de subir los estándares del club y sus logros de servicio.
Me imagino que cada uno de los logros significativos de nuestro club se
podría atribuir a socios comprometidos y entusiastas. E indudablemente, entre más socios de este
calibre se tienen, más ha logrado
nuestro club,. Pero aun los Rotarios más
comprometidos pueden perder la fe con un liderazgo mediocre y una membresía
apática. Si estamos tratando de enrentar
el reto de una membresía en declive disminuyendo sus expectativas, no estamos
resolviendo el problema sino simplemente demorando y probablemente aumentando
la severidad de sus consecuencias.
Por 107 años los Rotarios han abrazados los valores éticos y morales básicos como su brújula en un mundo
cada vez más complejo. A pesar de
diferencias culturales hemos compartido estos valores y los hemos hecho parte
integral de nuestra identidad como Rotarios.
Ahora en estos momentos de reto y controversia, necesitamos apoyarnos en
nuestros principios básicos para revitalizar a nuestros clubes. Mientras la membresía en un club Rotario
esté asociada con integridad, honor, equidad, tolerancia y humanitarismo,
estamos convencidos de que nuestra
organización podrá superar los desafíos en membresía que enfrentamos hoy y
continuará prosperando en el siglo 21.
Comité de
Información Rotaria
Agosto 08 /12
Aurelio Licón
Baca
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