domingo, 13 de diciembre de 2009

Noche De Navidad en Nazaret, con el advenimiento de Jesús trayendo al Mundo su mensaje perdurable de caridad, de amor y de paz, que está llamando constantemente desde entonces al corazón de los hombres.

Noches de Navidad, propicias para el examen de nuestra actuación en el tiempo transcurrido; para ratificar o rectificar orientaciones y conductas, posiciones y actitudes. Sí sólo hemos existido o si, por el contrario, hemos vivido plenamente, no sólo físicamente en las relaciones o manifestaciones en el orden material, sino también con una activa vida espiritual, interior y en relación hacia los demás; si hemos cumplido el precepto rotario “Dar de sí de pensar en sí” , y si hemos aprovechado “la amistad como ocasión de servir”; si nuestra palabra, nuestro ademán, nuestra actitud, han servido de aliento o de consuelo, de aprobación o de censura, según lo reclamasen las circunstancias; si hemos recordado y cumplido las máximas de Cicerón “Seamos los primeros en dar una demostración amistosa. Saludemos primero. Sonriamos primero. Hablemos primero. Si fuera necesario. Olvidemos primero. . . “.


Noches de Navidad con su renacer de esperanzas, reiteración de buenos propósitos y nobles sentimientos; que nuestro Mundo Cristiano viene renovando desde hace 20 siglos, en una confiada esperanza que lo alienta y anima hacia un futuro mejor.


Nuestro mundo, lleno de temores, desconfianzas, inquietudes y angustias; rencores y ambiciones, incomprensiones, y egoísmo está demostrando que olvida el mensaje de Jesús se repiten sus palabras: caridad amor, perdón; los hombres son sensibles a su expresión, pero su contenido no ha penetrado plenamente en sus sentimientos, en su corazón. El día que se afirmen en los hombres esos sentimientos y propósitos tendrán mayor extensión y se cumplirán mejor los postulados rotarios, y se abrirán nuevos y luminoso horizontes de comprensión, de entendimiento y de bienaventuranza. La felicidad íntegra a que la humanidad aspira, se alcanzará cuando los hombres y sientan de verdad y cumplan la anhelosa súplica del Povereto de Asís: “Allí, donde haya odio que yo ponga amor. Allí donde haya discordia que yo ponga unión. Allí, donde haya desesperación que yo ponga esperanza. Allí, donde haya tristeza que yo ponga alegría” .

Que esta Navidad traiga al mundo, con el mutuo entendimiento de las naciones, una Paz duradera y próspera; que nuestra Patria se oriente hacia una recuperación completa y estable, afirmándose en sus elevados y puros principios democráticos y sociales que le han permitido conquistar y mantener el respeto y consideración de las demás naciones de la Tierra; que los ideales y postulados de Rotary continúen extendiéndose y ganando voluntades, agregando cada día nuevos Clubes, multiplicándose y creciendo permanentemente la gran familia rotaria; que nuestros hogares disfruten de dichosa tranquilidad, perfecta armonía y comprensión; que esta Navidad traiga para todos y cada uno de nosotros el cumplimiento de nuestras aspiraciones y deseos, junto con las energías y fuerzas necesaria para cumplir cabalmente nuestros deberes, obligaciones y propósitos, como también las obras en que tenemos puestos nuestros afanes y esperanzas.

Feliz Navidad y muchos éxitos en el año 2010.

Comité de Información Rotaria
Diciembre 9/09
Aurelio Licón Baca

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